Yo
no debo aconsejarle
pero
aun así le aconsejo.
Sólo
porque soy más viejo
no
implica que sea sabio
ni
que tenga un diccionario
o
instrucciones de manejo.
M´hijo,
no escuche a su tata
que
no estoy en mis cabales,
ando
deseándole males
a
toda la buena gente
y
estoy permanentemente
difamando
a mis iguales.
La
senda por la que anduve
siempre
ha sido equivocada
he
dicho muchas pavadas
que
han generado molestia,
me
comporté como bestia
y
no he conseguido nada.
Así
es, y no hay remedio
que
cure todos mis males,
mis
creencias personales
me
han aislao de la gente
he
discutido insistente
hechos
de lo más triviales.
He
dado mis opiniones
con
descaro y sin prejuicios
y
no obtuve beneficios
de
mi conducta pedante,
he
quedao como arrogante,
no
estoy en mi sano juicio.
Soy
un poco renegau
no
le voy a endiscutir
ya
no puedo presumir
se
me acabó el argumento
sólo
está mi entendimiento
que
me permite seguir.
Hasta
que llegue la Parca
y
me lleve pa´ su pago
me
tomaré algunos tragos
que
me hagan resistir,
yo
no quiero desistir
sin
luchar entusiasmao.
A
ese gaucho Martín Fierro
no
me quiero parecer,
aunque
le cueste creer
siempre
voy a lo confiable
soy
de acero inoxidable
no
me verán perecer.
Porque
en esta perra vida
es
muy ríspido el camino,
no
está marcao el destino
del
hombre que siempre acecha
tiene
su propia cosecha
aquel
que busca su tino.
Por
eso m´hijo le pido
olvide
a este pobre viejo
que
no ha llegao muy lejos
en
su funesta existencia,
siga
sus propias creencias
pero
nunca mis consejos.
Marcelo Tittaferrante.