martes, 13 de octubre de 2020

Nunca siga mis consejos (Poema gauchesco poco aconsejable)

 

Yo no debo aconsejarle

pero aun así le aconsejo.

Sólo porque soy más viejo

no implica que sea sabio

ni que tenga un diccionario

o instrucciones de manejo.

 

M´hijo, no escuche a su tata

que no estoy en mis cabales,

ando deseándole males

a toda la buena gente

y estoy permanentemente

difamando a mis iguales.

 

La senda por la que anduve

siempre ha sido equivocada

he dicho muchas pavadas

que han generado molestia,

me comporté como bestia

y no he conseguido nada.

 

Así es, y no hay remedio

que cure todos mis males,

mis creencias personales

me han aislao de la gente

he discutido insistente

hechos de lo más triviales.

 

He dado mis opiniones

con descaro y sin prejuicios

y no obtuve beneficios

de mi conducta pedante,

he quedao como arrogante,

no estoy en mi sano juicio.

 

Soy un poco renegau

no le voy a endiscutir

ya no puedo presumir

se me acabó el argumento

sólo está mi entendimiento

que me permite seguir.

 

Hasta que llegue la Parca

y me lleve pa´ su pago

me tomaré algunos tragos

que me hagan resistir,

yo no quiero desistir

sin luchar entusiasmao.

 

A ese gaucho Martín Fierro

no me quiero parecer,

aunque le cueste creer

siempre voy a lo confiable

soy de acero inoxidable

no me verán perecer.

 

Porque en esta perra vida

es muy ríspido el camino,

no está marcao el destino

del hombre que siempre acecha

tiene su propia cosecha

aquel que busca su tino.

 

Por eso m´hijo le pido

olvide a este pobre viejo

que no ha llegao muy lejos

en su funesta existencia,

siga sus propias creencias

pero nunca mis consejos.


Marcelo Tittaferrante.



miércoles, 2 de septiembre de 2020

Romance de la ausencia

 

Hoy noté que estás distante

y tu mirada es esquiva

sé que estás malhumorada

porque te sientes vacía.

 

Yo lo sé, la culpa es mía,

y no haré ningún reclamo

sé que extrañas mis caricias

ya no te buscan mis manos.

 

Cómo extraño aquellas noches

en las que mi sed saciabas

cuánta añoranza de entonces

cuando tú me iluminabas.

 

Qué actitud irresponsable

te he dejado abandonada

y aunque quiera remediarlo

ya es tarde para hacer nada.

 

Trataré de no olvidarte

y buscaré la manera

de que ya nada te falte

mi bellísima heladera.

 

Marcelo Tittaferrante.