sábado, 16 de julio de 2022

El payador sin guitarra 1

 

 

Mi corazón está anclado

ya no quiere galopar

se cansó de tanto andar

por este mundo agitado

siempre revolucionado

en alerta permanente

con esa angustia latente

que lo acongoja y lo aprieta

un pantalón sin bragueta

que se ajusta mucho al vientre.


De todos lados, presiones

escollos de todo tipo

que son solo un anticipo

de futuras situaciones

y no me hago ilusiones

porque vivo de prestado

aunque ande ilusionado

las alegrías se acaban

lo que antes te regalaban

ahora se paga muy caro.

 

Estereotipos no tengo

de actitudes prepotentes

yo no soy benevolente

pero tampoco sostengo

la maldad como instrumento

me mantengo en mi elemento

que es la escritura concisa

camino por la cornisa

y duermo a los cuatro vientos.


Si no tengo qué decir

me mantengo en el silencio

y si algo malo presencio

se me da por maldecir

insultar y proferir

vocablos irreverentes

no me quedo indiferente

porque me hierven las venas

manifiesto la condena

hacia lo que es decadente.


Yo no ceso en el intento

de querer aconsejar

acompañar y guiar

aunque me empuje un lamento

trataré de estar contento

y de ese modo insistir

para poder conseguir

lo que aún no he conseguido

que es tener bien definido

por dónde debo seguir.


Por eso quiero dejar

estos versos que hoy escribo

de todo lo que percibo

y que pueda interpelar

o tratar de mejorar

a esta sociedad podrida

en el fango sumergida

colmada de frustraciones

muy carente de ilusiones

detestable y corrompida.


Marcelo Tittaferrante.


Imagen tomada de la red.