Cuando Teseo enfrentó a la bestia no esperaba que fuera tan grande. A pesar de su valentía, por primera vez sintió el estómago retorciéndose. Debía matarla para liberar a Atenas de los sacrificios impuestos por Minos, rey de Creta.
El intrincado laberinto le había demandado mucha energía. Dos días sin alimentos ni agua, desenrollando inmensurables cantidades de hilo para poder hallar el camino de regreso. Inicialmente le había parecido una excelente idea, pero en esa instancia estaba convencido de que había sido un gran error.
El Minotauro devoró a Teseo, siguió el recorrido del hilo y desposó a su hermana Ariadna.
Marcelo Tittaferrante.
Imagen tomada de la red.
muy buen micro Marcelo
ResponderBorrarMuchas gracias , Albin.
Borrar¡Excelente giro! Me ha dado vuelta la cabeza como a la niña de El exorcista.
ResponderBorrarMe alegro mucho de que te haya gustado, Analía. Gracias por leer y comentar.
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