Hoy que tengo la experiencia
de haber caminado tanto
quiero dedicar mi canto
que no encierra mucha ciencia
a aquellos que en su conciencia
acumulen resquemores
o que anden en mal de amores
que son tan desagradables
tengan la actitud amable
y no sufran de temores.
No se debe acobardar
quien un tropiezo ha tenido
porque no tiene sentido
en la vida, recular
no se pueden calcular
los daños colaterales
ni sonidos guturales
que a la garganta se asomen
ni los dolores de abdomen
o pérdidas materiales.
Todo tiene una razón
mas no todo tiene precio
si lo tratan con desprecio
y siente la desazón
debe dar su corazón
mostrarse con gallardía
y vencer la cobardía
que no sirve para nada
no angustiarse con pavadas
manifestar rebeldía.
Es muy sinuoso el sendero
que se debe recorrer
nunca hay que retroceder
aunque haya mucho entrevero
uno debe ser severo
y estar atento a su paso
protegerse del zarpazo
que le depara el destino
ir abriéndose camino
resistiendo los codazos.
No debe andar apurado
aquel que nadie lo espera
ya encontrará la manera
de no estar malhumorado
tener los nervios templados
y el carácter impasible
aunque parezca imposible
si no se lo lleva el viento
todo lo acomoda el tiempo
con su paso inextinguible.
Por eso, lector querido
yo le sugiero, de paso
que después, en el ocaso
aunque mucho haya perdido
y se sienta repodrido
de andar siempre por izquierda
no permita que se pierdan
el glamour y la decencia
y sin cargo de conciencia
envíe todo a la mierda.
Marcelo Tittaferrante.
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