Señores, soy payador
sé que no me da la altura
aunque intente con locura
escribir algo mejor
contemplo con estupor
cómo se pasa la vida
vengo de capa caída
no tengo ganas de andar
solo me queda esperar
que me llegue una alegría.
Quiero brillar, mas no puedo
la aguja sigue escondida
en el pajar de la vida
sin anteojos, ya no veo
se me está rasgando el cuero
de tanto sacarle lustre
¡no corra, no se me asuste!
agradeceré, sincero
con afán y con esmero
una mente que me ilustre.
Erré en muchas situaciones
erré decidiendo cosas
erré comprando una rosa
erré cantando canciones
erré buscando ilusiones
erré aun yendo de frente
erré forzando la mente
erré exigiendo mi cuerpo
erré despidiendo muertos
erré permanentemente.
Mas no claudico en buscar
voy sorteando contratiempos
por más que se acabe el tiempo
me fastidia fracasar
algún día he de encontrar
algo en lo que ya no yerre
y fuertemente me aferre
en este largo camino
forjando siempre el destino
aunque la idea me aterre.
Señores soy payador
no pretendo deslumbrarlos
ni tampoco perturbarlos
con mi vicio de cantor
quiero ser el portador
de algunos pocos consejos
ya me estoy poniendo viejo
y tengo poca paciencia
no me gasto en apariencias
ni de cerca ni de lejos.
Las ideas de la mente
no quiero que se me quiten
yo quisiera que me cite
entre sus charlas, la gente
y que permanentemente
me tengan en la memoria
forjaré mi propia historia
y si algo se me olvida
nunca daré por perdida
esta batalla sin gloria.
Marcelo Tittaferrante.
Imagen tomada de la red.
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